En muchas partes del mundo se recuerda a los difuntos de una manera u otra; en México se tiene la tradición del día de los muertos (festividad declarada por la UNESCO Patrimonio Cultural Inmaterial de la Humanidad), en donde se levantan altares dedicados a determinada persona ya fallecida y la creación de calaveritas a personas (por lo general) vivas. Éstas últimas, las calaveritas, son versos a modo de epitafio burlesco y como modo de expresar ideas o sentimientos que en otras oportunidades sería difícil decir.

Alex Acosta escribió una calaverita dedicada a Richard M. Stallman, la misma está con la licencia Creative Commons Atribución-NoComercial-CompartirIgual (CC BY-NC-SA):

EL Dr. Richard Stallman ya presagiaba su muerte,
por lo menos así se sentía
la falta de código fuente.

Un día mientras operaba una cerrada impresora,
se le apareció la parca
a declarar de su muerte la hora,

"No me lleves todavía
necesito oportunidades,
si me dejas otro rato
lucharé por tus libertades".

"No te pases hippie,
bájale al temperamento,
mejor cuéntame tranquilo
de qué trata el movimiento".

"Quiero que todos tengamos
una mejor sociedad,
en la que ayudar al vecino
no es cuestión de copyright".

"¿De cuál fumaste panzón?
eso no va a suceder
a menos que, por supuesto,
te inventes un copyleft".

"Ya le he dado muchas vueltas,
he andado muy pensativo,
y lo primero que haré
será un sistema operativo".

"Debuggers y compiladores
servirán para arrancar,
al fin y al cabo que el kernel
seguro podrá esperar".

"Me late mucho tu idea,
ya tengo un repositorio,
pero para versionar las almas
utilizo el purgatorio".

"Tu no te apures por eso
el cielo ya te ganaste,
al escribir el emacs
tus pecados ya expiaste".

"De todos modos nos vamos,
le sigues en el panteón,
y en la tierra continue
trabajando la fundación".

Ya se nos fue un grande,
hoy lloramos su partida;
en cada pantalla azul,
cada vez que nos espian,
valoramos su trabajo
como no hicimos en vida.