El Día Mundial del Teatro fue creado en 1961 por el Instituto Internacional del Teatro (ITI). Se celebra anualmente el 27 de marzo por los Centros ITI y la comunidad teatral internacional. Varios eventos teatrales nacionales e internacionales son organizados para conmemorar esta ocasión. Uno de los más importantes es la circulación del Mensaje Internacional del Día Mundial del Teatro a través del cual, por invitación del ITI, una figura de talla mundial comparte sus reflexiones sobre el tema del Teatro y una Cultura de Paz. El primer Mensaje Internacional del Día Mundial del Teatro fue escrito por Jean Cocteau (Francia) en 1962.
Desde entonces, cada año el 27 de marzo, el Día Mundial del Teatro se celebra en muchas y variadas formas por los Centros Nacionales del ITI de los cuales en la actualidad hay casi 100 en todo el mundo. Cada año, una figura sobresaliente en el teatro o una persona excepcional en corazón y espíritu de otro campo, es invitada a compartir sus reflexiones sobre el teatro y la armonía internacional. Lo que se conoce como el Mensaje Internacional se traduce en más de 20 idiomas, leído por decenas de miles de espectadores antes de las presentaciones en teatros de todo el mundo.
El Mensaje con motivo del Día Internacional del Teatro de este año, 2016, es redactado por Anatoli Vassiliev: director de teatro, director de la Escuela de Arte Dramático de Moscoú. El mensaje es el siguiente:
¿Necesitamos del teatro?
Esa es la pregunta de miles de profesionales decepcionados del teatro y de millones de personas cansados de que se les pregunte.
¿Para qué lo necesitamos?
En estos años en que la escena teatral es tan insignificante en comparación con las escenas de las grandes ciudades y tierras de los estados, donde se están jugando las tragedias auténticas de la vida real.
¿Qué pasa con nosotros?
Hay grandes galerías chapadas en oro, balcones en las salas de teatro, sillones de terciopelo, pulidas voces de los actores o, viceversa, algo que puede tener un aspecto aparentemente diferente: cajas negras, manchadas de barro y sangre, con un montón de cuerpos desnudos rabiosos en el interior.
¿Qué quiere decirnos esto?
¡Todo!
El teatro puede decirnos todo.
El cómo los dioses habitan en el cielo, el cómo los presos languidecen en cuevas olvidadas bajo la tierra, el cómo la pasión nos puede elevar, el cómo el amor puede arruinar, el cómo nadie necesita una buena persona en este mundo, el cómo reina el engaño, el cómo la gente vive en departamentos, mientras que los niños se marchitan en campos de refugiados y todos tienen que volver de nuevo al desierto, el cómo día tras día nos vemos obligados a desprendernos de nuestros seres queridos.
El teatro siempre ha sido y seguirá siendo por siempre.
Y todos necesitamos del teatro para que permanezca por siempre. Todos necesitamos de diferentes tipos de teatro.
Pero ahora lo veo claramente: el teatro abre sus puertas. Entrada gratuita para todos y todo el mundo.
¡Al diablo las computadoras y los aparatos! ¡Vamos al teatro, ocupemos las butacas enteras y las galerías para escuchar las palabras y mirar a las imágenes vivir! El teatro está frente a ti. No te descuides ni pierdas la oportunidad de participar con él. Tal vez sea la oportunidad más preciosa que tenemos en nuestras vidas superficiales y apresuradas.
Necesitamos todo tipo de teatro.
Hay un solo teatro que seguramente no es necesario para nadie, quiero decir un teatro de juegos políticos, un teatro de políticas “ratoneras”, un teatro de los políticos, un teatro inútil de la política. Lo que sin duda no necesitamos es un teatro de terror cotidiano - ya sea individual o colectivo-, lo que no necesitamos es el teatro de cadáveres y sangre en las calles y plazas, en las capitales o en las provincias, un teatro falso de los enfrentamientos entre religiones o grupos étnicos.